Una extensa fila de automóviles se formó el lunes en la entrada de Monte Hermoso, en la Provincia de Buenos Aires. El Presidente de la Nación posteó una foto en Twitter -parecía un día de recambio propio de las vacaciones de verano- y escribió: “te proponemos que no trabajes y que tus hijos no vayan al colegio para que se queden en casa y no corran el riesgo de contagiarse. Si salen, si se exponen a la circulación pública, se están poniendo en riesgo. Aislate con tus hijos. ¡Cuidate y cuidalos!” La exhortación no conmovió a la gran cantidad de argentinos que siguieron planificando el fin de semana largo como si nada sucediera, por lo que el Gobierno nacional se vio obligado a tomar medidas. La cancelación de los vuelos de cabotaje y de la circulación de ómnibus de larga distancia hasta el miércoles 25 no sólo apunta a disuadir a los potenciales viajeros; también representa un mensaje contundente. La responsabilidad ciudadana en plena emergencia sanitaria es imprescindible y en distintas franjas de la sociedad la respuesta no está a la altura de las circunstancias. Fue necesario que salieran los intendentes de varias localidades balnearias para pedirle a la gente que no viaje, porque todo va a estar cerrado.

Por el momento no hay una cuarentena obligatoria en el país, como sucede en Italia y en España. Lo que promueve el Gobierno es una recomendación de aislamiento tendiente a contener el avance del coronavirus y hacia allí apuntan iniciativas como la suspensión de clases, las ferias judiciales y el licenciamiento para quienes conforman grupos de riesgo. No hay policías en las calles impidiendo a los ciudadanos que salgan de sus casas, como vemos en algunos países de Europa, y el objetivo es no llegar a ese extremo. Pero si el comportamiento de la sociedad es anárquico, individualista y despreocupado, cualquier medida oficial resultará inútil.

Se sabe de tucumanos que regresaron del exterior o están en contacto con viajeros provenientes de zonas de riesgo que siguen burlando la cuarentena de 14 días. Denunciarlos llamando al 911 o al 103 es mucho más efectivo que viralizar sus nombres y direcciones en grupos de Whatsapp. Recordemos, como lo consigna la campaña de información pública: “incumplir el aislamiento es un delito”.

Es un momento sumamente delicado, porque la pandemia desafía la vida en sociedad en su totalidad. La dinámica del día a día obliga a modificar las agendas, y al tiempo que se implementan políticas tendientes a cuidar a la población es necesario que el mundo siga funcionando. De allí el paquete de medidas económicas anunciadas ayer por el Gobierno nacional. Hay una lógica y prioritaria preocupación por la salud pública, y a la vez reordenamientos en el campo laboral, en el profesional, en el educativo y en el cultural.

El hashtag lo dice todo. #NoSonVacaciones significa que son días para cuidarse. Para respetar el aislamiento en los casos recomendados. Para que quienes deban salir de casa por distintas razones (trabajo, compras imprescindibles, trámites impostergables) tomen los recaudos de higiene que desde hace semanas vienen explicándose por distintos medios. En el caso de quienes están violando la cuarentena el llamado a la reflexión es imperativo, pero a esta altura de la situación lo que corresponde es que reciban las sanciones correspondientes cuanto antes.